viernes, 13 de mayo de 2011

¡Oh, la claridad! (II de III)


“*Dudo que haya ningún médico que pueda contestar a esta pregunta en términos generales, ya que el sentido de la vida difiere de un hombre a otro, de un día para otro, de una hora otra hora. Así pues lo que importa no es el sentido de la vida en términos generales, sino el significado concreto de la vida de cada individuo en un momento dado”: Viktor E. Frankl (*”El hombre en busca de sentido”)

Los tiempos políticos en México son extraños. Surrealistas. Es como un tiempo detenido. La confusión ideológica. El caos militante. Ningún dirigente ‘político’ o líder de opinión deja de tratar a los ciudadanos como si fueran imbéciles, ninguno se dirige a su inteligencia y experiencia existenciales. 
Porque mientras la vida entre las familias sigue su curso, la brega del día a día. Cómo estirar el gasto del poder adquisitivo cada día exiguo, los falsos políticos hablan y hablan y hablan como si ellos se alimentaran del aire, como si no importara ese nulo poder adquisitivo. ¿De qué viven si como muchos de ellos no tienen trabajo productivo? Tales son los casos de Manuel Andrés López Obrador, Manuel Espino Barrientos, “Marcos”, (a) el subcomandante; algunos legisladores que nunca legislan, entre otros. O aquellos que para eludir al ciudadano reclamante siempre están en ‘junta’ o salieron a ‘acuerdo’ con el señor que los llamó. ¡¡¡Uff, apestan!!!
       Por ello, desbarran en sus propuestas, hablan de un país que no conocen, que no viven, que sólo usufructúan o quieren seguir extorsionándolo. Así también sin claridad en los planteamientos y como una posición de clase, aparentemente fue tiempo perdido el magnífico escenario que logró montarse en torno a la “Marcha por la paz y no más sangre…”, que encabezó Javier Sicilia. ¿Estuvieron de acuerdo todas las madres y familias que han perdido uno o más hijos en este lapso que sufre el pueblo de México con los contenidos del discurso final?
      Se mezclaron asuntos más allá del espíritu de la marcha, inclusive con sospechosa anticipación: llamado al boicot electoral hacia el 2012; caídas o muerte de distintos funcionarios gubernamentales, el presidente de la República principalmente; y como colofón particular el simplismo reduccionista del nombre y cargo de un funcionario público policíaco, como Genaro García Luna: “renuncia o cese” a ese cargo estratégico… ¿para qué? Ese discurso básico, de Sicilia  eludió temas centrales, y sobre todo cuando se habían soliviantado –calentado se dice- los ánimos tensos y cruelmente asoleados de los asistentes, hasta el grado de provocación desde el micrófono del que abusó el ‘moderador’ contra los periodistas (el insultante ¡prensa vendida!), particularmente contra TELEVISA, y el montaje de contenidos particulares para proselitismo difuso de grupúsculos oportunistas.
No hubo claridad integral. Menos si se pretende firmar en el mes de junio un “acuerdo nacional” en Ciudad Juárez, Chihuahua –la ciudad emblemática del miedo/terror del sicariato transnacional y nacional-, en momentos en que nuestros aliados de Estados Unidos de América, pronuncian la amenaza concreta:
“No permitir que voces extranjeras intenten interferir en el Derecho de los estadounidenses a producir, vender y portar armas –ahora ya también aprobadas en recintos universitarios de EU-, impedirlo podría poner en riesgo la vida y la seguridad de los estadounidenses”, según expresó la vocera de la Asociación Nacional del Rifle, Rachel Parsons (Proceso, 1801).
      Algo que apuntaba hacia una renovación de contenidos sociológicos, involucionó –al final de la movilización que tuvo ecos nacionales (por ejemplo en La Paz, BCS, donde a pesar de las altas temperaturas marcharon por el malecón hasta el kiosco de la plaza antigua alrededor de 200 personas, y realizaron un mitin con más de mil asistentes), hasta convertirse en mitin de sospechosos tintes preelectorales, favorables al oportunismo y ambigüedad de confusión político-electoral.
      Por eso, aun con un pie en el estribo del avión para una visita de Estado, el presidente constitucional propone diálogo con los organizadores de esa marcha que debió ser más fructífera, incluido Sicilia, y no el parto de los montes para sólo pedir con cierto infantilismo sociopolítico, una renuncia. ¡¿Y después que renuncie, qué; los marchistas propondrán “su” candidato al gusto o qué?! El problema del sicariato, la inseguridad, la omisión o negligencias individuales no es cuestión de nombres, es toda la estructura nacional, que hoy con diversos matices está echada a andar con demasiada antelación en precampañas, donde el IFE y TRIFE tendríann que afinar sus deberes para hacerse respetar. (Esta historia continuará) MARISELA ESCOBEDO, 142 días de dolor impune, su nieta ¡la llama!

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