viernes, 25 de marzo de 2011

¿Derechos Humanos?

Los juzgadores federales creemos con Juárez, el juzgador, que al actuar con rectitud, con honorabilidad, con independencia, con imparcialidad, con transparencia, abonamos la confianza social y, con ello, a la unidad nacional.

Ministro Juan Silva Meza, presidente de la SCJN (*”La impartición de justicia en México está en crisis”: JSM, crónica de Guillermo Cardoso, unomásuno, 22-III-11, p.6)

La gran coincidencia juarista. Expresada por el jurisconsulto *Juan Silva Meza durante la ceremonia del CCV Aniversario del Natalicio de Benito Juárez, es interesante por cierta confusión y ambigûedad clasistas del momento sociopolítico que vive nuestra Patria. Añadió:

“El Poder Judicial de la Federación hace valer los Derechos y libertades que la Constitución (Política) garantiza a todos por igual, el que todos seamos tratados de la misma manera, de acuerdo con la ley, y esa es la mayor garantía de igualdad y de unidad nacional”, palabras aleccionadoras para quienes intenten revivir un divisionismo contra una hazaña juzgada por la Historia con mayúsculas.

Aun adversarios ideológicos del Benemérito reconocen ese jalón histórico de su vida, pensamiento y obra con repercusiones mundiales. Bella coincidencia como revancha sociológica encabezada por nuestro indio ilustrado que tuvo como divisa familiar amar la educación (“Apuntes para mis hijos”), dice Juárez: “La educación del pueblo es una de las primeras atenciones de todo gobierno. Sin escuelas jamás podrá tener el conocimiento de sus deberes y la apreciación de sus Derechos/p.3” (“Pensamiento y obra”, Editorial del Magisterio “Benito Juárez”, del SNTE. 128 páginas. México/2011. editorialsnte@prodigy.net.mx).

Es alentador que desde Apodaca, Nuevo León, el presidente constitucional de la República, Felipe Calderón califique como hecho trascendental la firma colectiva del “Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia”, en el Museo Nacional de Antropología e Historia apenas este jueves 24 de marzo/2011. Hecho que deberá justipreciarse y analizarse a medida que avance “el Acuerdo” para que ninguna autoridad o empresario privado aplique por sí y ante sí alguna concepción de censura de prensa.

Asimismo, hay congruencia en la decisión de la SCJN al desechar ese aberrante recurso de acción por inconstitucionalidad que promovía –inexplicablemente- la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), en una pésima reacción de resaca de Raúl Placencia, para que los periodistas quedaran exentos del “Secreto profesional”, y así pudieran ser condenados “como confesos (delincuenciales) si no se presentaran a comparecer en un juicio civil”. Es decir, paradojal y flagrante violación a los Derechos Humanos contra los periodistas, para ser ¿condenados en ausencia?, por negarse a acatar el Artículo 322 del Código de Procedimientos Civiles para el DF (ver unomásuno, 25-III-11, p.5).

Así, la Suprema Corte de Justicia de la Nación endereza un entuerto más torcido aun por ignorancia y soberbia, que intentaba infiltrar por la puerta de atrás esta CNDH, que paradójicamente tiene un ente burocrático estéril como Fiscalía para Atender Agravios contra Periodistas, que por lo visto sólo ‘¡atiende!’, Ni protege Ni defiende, al pretender cercenarle la esencia del profesionalismo para la investigación periodística: ésta como un oficio profesional, que se enaltece al defender y proteger –como un hecho sagrado si se me permite- a sus “fuentes”, y más que ninguna, sus informantes. Jamás revelar nuestras “fuentes de información”. Ese es un deber primordial.

De ese modo Juan Silva Meza es congruente, porque al encabezar el Pleno de la SCJN, echó abajo esa aberración. Silva Meza –su representatividad con grandeza en la SCJN- no sólo la defiende contra un hecho de perversión antijurídica, sino que protege los Artículos Constitucionales 6, 7 y conexos de las libertades de pensamiento y expresión. Nuestro oficio es una profesión. La ética profesional –que es el ejercicio de esas libertades por respeto a nosotros mismos, y más que a nadie a nuestros lectores de todas las clases sociales-, para llamar a su inteligencia, voluntad y consciencia políticas, procura reforzar, en la medida de nuestros análisis, prospecciones e información fidedigna, el amor a nuestra Patria.

No excluir a los trabajadores de la prensa –periodistas concretamente- del Derecho a reservarse sus “fuentes” de información, es como la raíz y razón de los abogados, médicos u oficiantes legales de cultos religiosos. MARISELA ESCOBEDO, 100 días hoy del crimen impune todavía. ¡Heidi, su nieta, la llama!

hdelgadoraices@yahoo.com.mx

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